top of page
Buscar
Foto del escritorLic. Diana Mora Ramírez

Ser ejemplo contra la obesidad infantil


La obesidad se considera, según la Organización Mundial de la Salud, como una pandemia de tipo no contagioso. Ahora que ya pasamos por la experiencia del COVID-19 entendemos mejor lo que esto quiere decir.


El mayor problema en este caso es que la obesidad no está afectando solo a los adultos, sino que también desde edades muy tempranas estamos viendo cada vez más casos de obesidad con todas sus implicaciones. Tal vez de niños "solo" los vemos gorditos, pero por dentro estamos aumentando su riesgo de padecer enfermedades, y no necesariamente a largo plazo. También estamos viendo cada vez más niños con diabetes o presión alta, por poner solo dos ejemplos.


¿Y por qué digo que estamos aumentando el riesgo de padecer enfermedades? Porque los adultos somos responsables de los niños. Si un niño come comida chatarra es porque un adulto se la dio. Si un niño solo toma gaseosas es porque un adulto se las da en lugar de darle agua. Somos nosotros los responsables de lo que suceda con los pequeños. Y si desde edades tempranos les enseñamos hábitos saludables es más probable que estos se mantengan (o al menos en su mayoría) con el paso del tiempo.


¿Qué podemos hacer?


Debemos preferir que nuestra alimentación se base en alimentos frescos como frutas, vegetales, leguminosas (frijoles, garbanzos, lentejas), cereales integrales... Volver a la alimentación de nuestros abuelitos o bisabuelitos. Actualmente tenemos muchas facilidades para conseguir alimentos, pero la mayoría de lo que conseguimos a través del exprés no son opciones saludables.


A la vez es importante que limitemos el consumo de productos de paquetito, ricos en grasa, azúcar y/o sal. Este tipo de alimentos no son ricos en nutrientes, y mucho menos en los nutrientes que los niños más necesitan, como proteína, hierro, zinc o calcio. Les dan energía, sí, pero no los nutren.


También es recomendable que les enseñemos y acostumbremos a consumir grasas saludables, como aceites vegetales (por ejemplo de oliva o girasol), frutos secos (con los respectivos cuidados según la edad del niño), aguacate o pescado si tenemos la posibilidad económica de adquirirlos.


Otro punto importante es enseñarles la importancia del consumo de agua. Pueden tomar también jugos naturales, frescos de fruta pero con poca azúcar. Pero que no los acostumbremos a bebidas comerciales cargadas de azúcar.


Y el último punto es que procuremos que no sean niños sedentarios, sino niños que jueguen y se muevan. Las pantallas los entretienen y facilitan mucho su cuido, pero les van restando salud. Sí les podemos permitir cierto tiempo con las tabletas o celulares, pero controlado. El resto del tiempo tratemos de que se mantengan activos.


¿Qué es lo mejor al aplicar estos consejos? Que toda la familia se beneficia. Incluso los adultos vamos a ganar salud. ¡Es momento de actuar!



3 visualizaciones

Entradas recientes

Ver todo

コメント


bottom of page