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Foto del escritorLic. Diana Mora Ramírez

¿Qué necesito para cambiar a un estilo de vida saludable?


Para adoptar un estilo de vida saludable, primero debemos entender qué es, porque a veces se cree que es solo comer de cierta forma y hacer ejercicio. La Organización Mundial de la Salud define la salud como "un estado de completo bienestar físico, mental y social". Así que un estilo de vida saludable se va a referir a un conjunto de hábitos que nos ayuden a lograr ese estado. Entonces sí, la alimentación y el ejercicio son importantes, pero también lo es la recreación, las relaciones interpersonales, el manejo del estrés, entre otros aspectos.


Una vez que tenemos esto claro, ¿por dónde empezar para lograr el cambio?


Lo primero que necesitamos es tener claro el por qué queremos hacerlo. Y lo ideal es que sea por un motivo realmente propio: no por alguien más, no para un evento en particular. Puede ser por ejemplo porque no quiero llegar a enfermar como algún familiar, porque no me he sentido bien físicamente y deseo cambiar eso, porque me hice exámenes y me dijeron que estoy en riesgo de algún padecimiento. Algo que sea muy de uno, y no que se vea afectado por factores externos. ¿Cuál es el problema con esos factores externos? Imaginemos que alguien quiera cambiar su estilo de vida para verse mejor para su pareja. ¿Qué pasa si por X motivo termina la relación con esa pareja? Pues se fue la motivación. En cambio si nuestra motivación es realmente nuestra, es más difícil perderla.


Lo siguiente es hacer un "examen de conciencia" sobre nuestros hábitos actuales. Debemos analizar con toda honestidad ¿qué hacemos bien? ¿qué podemos mejorar? ¿qué debemos cambiar? En este punto la idea no es juzgarnos o criticarnos, simplemente ver el panorama completo y definir un plan de acción a partir de aquí. Lo que ya hacemos bien, lo usamos como motivación. Y trabajamos con lo que hay que cambiar o mejorar.


Es importante que entendamos que vamos a tratar de cambiar conductas o comportamientos que quizás tenemos desde hace años, o incluso de toda la vida. Así que la paciencia es fundamental en el proceso de cambiar nuestro estilo de vida, y debemos entender que es normal que un día nos cueste más que otros. Lo que nos puede ayudar es comenzar con los cambios que nosotros sentimos que se nos pueden hacer más fáciles. Por ejemplo empezar con las cosas que solo debemos mejorar, antes que las que implican cambios más grandes. Así, vamos sumando más a la lista de lo que hacemos bien, y eso nos agrega motivación.


¿Y qué hacemos con los cambios más grandes? Tomarlos paso a paso, un cambio a la vez. Es normal que la misma motivación que llevamos nos haga pensar "yo puedo empezar a cambiar todo ya". Pero esto nos puede jugar en contra, ya que si de pronto fallamos en algo, nos puede causar frustración y que abandonemos el intento. Entonces lo mejor es elegir un solo hábito o comportamiento que queremos cambiar, y enfocarnos en ello.


Una vez que elegimos el primer hábito que vamos a modificar, entonces hacemos un plan más específico: ¿cómo lo voy a hacer? ¿cuento con el apoyo de alguien para hacerlo? Y nos podemos poner pequeñas metas. Por ejemplo si es que quiero mejorar mi manejo del estrés, entonces ponerse de meta empezar a dedicar 10 minutos diarios a tiempo para mí mismo, lejos de celulares y computadoras.


Ahora bien, además de tener ese plan de acción, debemos mentalizarnos desde el inicio, a que va a ser normal que hayan "recaídas". Y no por eso debemos renunciar. Lo que debemos hacer es pensar desde el plan de acción ¿qué vamos a hacer en ese caso? ¿qué otra estrategia vamos a usar? Y entonces cuando pase, en lugar de reprocharnos que fallamos, simplemente comenzamos de nuevo con el plan, modificando lo que haga falta.


Es fundamental que en este proceso entendamos que no se trata de que busquemos hacer todo perfecto, porque en realidad nadie lo hace. Ni siquiera uno como Nutricionista puede decir que siempre coma perfecto, o que nunca sienta pereza de hacer ejercicio, o que siempre viva sin estrés, o que nunca tenga conflictos con nadie. No. Lo que pasa es que también tenemos que entender que un estilo de vida es un todo, y que una pequeña "falla" en alguno de sus componentes, no afecta al resto. ¿Qué quiero decir? Que por ejemplo el pasar una semana estresada no significa que dejé de ser saludable, o que si fui a una cena y me tomé una copa de vino, ya dejé de ser saludable, o que si un día me sentí cansada y no quise hacer el ejercicio de siempre, ya mi estilo de vida cambió. Un estilo de vida no es como una dieta de unos días, no es un todo o nada o blanco y negro.


Y el último punto que quiero resaltar es que, en todo este proceso de cambio, nunca debemos compararnos con alguien más, solo debemos compararnos con nosotros mismos para valorar nuestro progreso. Hay personas que logran cambios más rápido que otros, algunos lo logran sin ayuda, y otros necesitan el apoyo de alguien (llámese un profesional en Nutrición, o un amigo o familiar que le acompañe). Lo importante es que entendamos y busquemos lo que necesitamos para lograr nuestra meta, y que seamos pacientes y amables con nosotros mismos para lograrlo.


Los invito a revisar su estilo de vida actual y si es necesario, a modificarlo, ¡ustedes pueden! y su cuerpo y su salud se los van a agradecer.

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