Vemos por todo lado tantos productos "light" o cero calorías, que no es de extrañar que terminemos pensando que entre menos calorías comamos es mejor si queremos perder peso. Me pasa en la consulta que a veces me dicen: "pero hasta estoy comiendo menos de lo que usted me mandó y no bajé". O también me han dicho: "pero yo como super poquito, no ceno ni como nada entre comidas, y en el desayuno y el almuerzo son muy poquitas las cantidades".
Lo cierto es, que si bien se necesita una reducción en el consumo de calorías, no es reducirlo hasta más no poder. A pesar de restringir las calorías, debemos procurar que el cuerpo reciba cierta cantidad de energía para poder efectuar sus funciones correctamente.
Pensemos por ejemplo en un carro: si se queda sin gasolina se apaga y listo. Nuestro cuerpo no puede hacer lo mismo, así que si le damos poca energía (tiene poca gasolina disponible) tiene que evitar a toda costa gastar, para poder sobrevivir con lo que se le está dando. O sea, como se dice popularmente, hacemos que el metabolismo "se ponga lento", y más bien no vamos a favorecer una pérdida de peso (y mucho menos vamos a favorecer una pérdida de grasa, si acaso será de agua y músculo).
Así que debemos tener como punto número 1, que el "hacer dieta" nunca debe ser sinónimo de pasar hambre y dejar de comer. Lo que debemos hacer es aprender a elegir mejor las comidas, quizás cambiar las proporciones en que comemos los distintos grupos de alimentos, seguir las porciones indicadas en el plan de alimentación, y no hacer cambios en el mismo solo porque creemos que es mejor.
Es fundamental que escojamos alimentos de buena calidad nutricional, porque además no todas las calorías son iguales, o se comportan de igual manera en el cuerpo. No es lo mismo comerme 500 calorías de frutas y vegetales, que 500 calorías por una hamburguesa. Por todo esto es que debemos confiar en el conocimiento del profesional que nos atiende.
Otro punto que debemos tener en cuenta, es que el cambio en la dieta por sí solo no basta. Podemos iniciar con solo el cambio en la alimentación, pero llegará un punto en que el ejercicio se haga necesario (de por sí por salud debería serlo).
Como les dije antes, no podemos reducir tantísimo las calorías. Recordemos que nuestro cuerpo, perdiendo peso o no, siempre necesita nutrirse, así que tampoco podemos llevar la situación hasta comer una cantidad mínima de alimento, porque vamos a provocar deficiencias de nutrientes importantes. Así que no debemos pensar solo en reducir el consumo de calorías, sino que debemos también aumentar el gasto, y eso lo haríamos a través del ejercicio (además de los efectos positivos del ejercicio sobre el metabolismo).
Y el punto número 3 que debemos considerar, y probablemente el más importante, es que perder peso no es un asunto independiente y sin relación con la salud. No es algo que podemos hacer de la manera que sea, y no va a tener consecuencias.
Así que dejemos de lado la idea de comer lo menos posible, de que comer no es compatible con perder peso, de que hay que pasar hambre para ver los resultados. Busquemos la asesoría adecuada, evitemos poner en riesgo nuestra salud (o caer en un ciclo de subir y bajar de peso, que a largo plazo tampoco es favorable). Y pensemos en un cambio de estilo de vida y no en algo que hay que hacer por unos días nada más.
Comentários