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Foto del escritorLic. Diana Mora Ramírez

Decálogo de una alimentación saludable


Sí, sabemos que comer sanamente es importante para nuestro bienestar, incluso nos lo recomiendan actualmente en medio de la pandemia. Pero a veces suena muy complicado o no tenemos muy claro qué significa exactamente. Así que hoy les ofrezco lo que para mí son puntos básicos:

1. Comer frutas y vegetales a diario: para empezar nos aportan vitaminas y minerales que nuestro cuerpo necesita. Pero además nos ayudan a hidratarnos, nos dan fibra (que favorece los procesos digestivos y también ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer), nos aportan antioxidantes que son sustancias que protegen nuestras células, entre otros beneficios.

2. Comer leguminosas, de ser posible a diario: los frijoles, garbanzos o lentejas son alimentos de alto valor nutricional. Tienen carbohidratos, fibra, proteína, vitaminas y minerales. Favorecen el control de los niveles de azúcar en la sangre, por lo que son importantes en la prevención y tratamiento de la diabetes o prediabetes. Y además, son una excelente forma de consumir proteína, sin la grasa o el colesterol que usualmente nos va a aportar la proteína de origen animal (y por supuesto con menor impacto ambiental).

3. No eliminar grupos de alimentos: nada de temerle al arroz, o al pan, o quitar del todo las "harinas" o las grasas. No es necesario hacerlo. Obviamente a veces por motivos de salud sí es necesario restringir algunos alimentos, pero si no tenemos ninguna situación particular, en realidad podemos comer todo tipo de alimentos. Lo que debemos cuidar es la porción, la calidad del alimento y el tipo de alimentos con que lo acompañamos.


4. Incluir a diario grasas saludables: las encontramos por ejemplo en el aguacate, aceite de oliva, almendras u otras semillas o frutos secos. Este tipo de grasas nos van a ayudar a regular los niveles de colesterol, y también nos ayudan a que nuestro cuerpo utilice la grasa que tenemos acumulada.


5. Moderar el consumo de comidas rápidas: no es que nunca nos comamos una hamburguesa o pizza. Pero debemos evitar que sean la base de nuestra alimentación. Que no sea que todas las noches es nuestra opción para cenar.


6. Analizar los productos envasados: no todo lo que nos venden envasado es necesariamente malo o perjudicial. Hay productos procesados que podemos incluir en nuestra alimentación: por ejemplo la pasta, los enlatados, tortillas, el queso... El problema son los alimentos ultra procesados: esos que tienen como base grasa y/o azúcar: snacks, galletas con rellenitos, bebidas gaseosas, etc. Entonces no debemos generalizar que no hay que comprar nada que no sea 100% fresco o natural, pero sí debemos analizar con ojo crítico los productos que compramos (en especial los que vamos a comprar para consumo frecuente).


7. Poner atención a lo llevamos a la boca, tanto alimentos como bebidas: no debemos olvidar que la bebidas pueden ser una fuente importante de azúcar. Si bien la prioridad debe ser hidratarnos con agua, podemos consumir otro tipo de bebidas, pero con el menor contenido de azúcar posible. 


8. Dejar de lado la idea de que comer saludable es caro o costoso: podemos conseguir gran variedad de vegetales y frutas en las ferias del agricultor a muy buen precio, incluir arroz y frijoles (que también son accesibles), comer huevos o lácteos y no necesariamente solo cortes de carne muy específicos. Comer sano no es comprar X o Y producto, o una determinada marca.


9. Comer despacio y poniendo atención a lo que comemos: favorece el control del apetito y la digestión, pero también nos permite disfrutar lo que estamos comiendo, y es importante que tengamos una buena relación con la comida. Que comer sea un momento que disfrutamos y no solo algo que hacemos por cumplir y para no pasar hambre.


10. Entrar a la cocina: prepare su propia comida. Podemos encontrar lugares que nos ofrezcan opciones saludables, pero si la economía no nos lo permite, entonces lo mejor que podemos hacer es cocinar. Así tenemos mayor control de los ingredientes utilizados, podemos preparar alimentos que nos satisfacen aún más (física y psicológicamente), y vamos a tener mejores herramientas para prepararnos comida que sea saludable pero a la vez nos resulte práctica según nuestras necesidades.


Y por supuesto todos estos puntos deben ir acompañados de ejercicio, de manejo del estrés, de tener adecuados patrones de sueño, evitar el fumado y el exceso de licor... Pero para llevar un estilo de vida saludable debemos empezar por algún lado, y éste decálogo puede ser el comienzo que necesita.

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