Es muy común escuchar a la gente decir que es mejor comer las carnes blancas (pollo o pescado), y también es muy común oír personas que dicen que la carne de cerdo hay que evitarla porque es muy mala para la salud. Quizás incluso ustedes mismos lo han dicho o lo han pensado. Veamos hoy si esa creencia es realmente cierta.
Según las tablas de composición de alimentos del Instituto de Nutrición de Centroamérica y el Caribe (INCAP) del año 2012, en 100 gramos de carne de cerdo magra encontramos:
143 calorías
21.4 gramos de proteína
5.66 gramos de grasa
0.84 miligramos de hierro
59 miligramos de colesterol
0.63 miligramos de vitamina B12
Su aporte de calorías es ligeramente más alto que otras carnes. Por ejemplo si lo comparamos con la carne de res, estamos hablando de unas 20 calorías más, lo que en realidad no es una gran diferencia.
Este mayor aporte de calorías se debe a que tiene un mayor contenido de grasa. Pero debemos considerar aquí algo importante. A pesar de que asociamos siempre que las carnes tienen grasa saturada, debemos saber que tienen una mezcla de saturadas e insaturadas. Y en el caso del cerdo, a pesar de tener mayor aporte de grasa que otras carnes, del valor total la mayor parte corresponde a grasas insaturadas. Y otro punto importante, es que a pesar de tener más cantidad de grasa total, su aporte de colesterol no es alto, y es similar al de otras carnes.
Sí debemos considerar que tiene menor contenido de vitamina B12 y de hierro, por lo que en casos de anemia no es un alimento que nos vaya a ayudar mucho.
En relación con el aporte de proteína, no difiere mucho de otras carnes como la de res o el pollo.
Entonces, podríamos decir que el único punto en contra podría ser el aporte mayor de grasa. Pero si eliminamos toda la grasa visible, y hacemos preparaciones que no impliquen añadir mucha más grasa, perfectamente la carne de cerdo puede formar parte de una alimentación saludable.
Además, obviamente aquí estamos hablando de una composición promedio. Como en otros tipos de carnes, hay diferencias entre los cortes. Por lo que además de pensar cómo preparamos la carne, debemos elegir los cortes que tengan menor grasa.
Así que como vemos, la carne de cerdo no es tan mala como se hizo creer por mucho tiempo. Al igual que con otros alimentos, haciendo elecciones adecuadas se puede incluir perfectamente como parte de una alimentación saludable, y permite que le demos más variedad a la dieta.
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