Cuando nos ponemos una meta todos comenzamos con entusiasmo, pero también creo que todos en algún momento dudamos de si vamos a poder lograrlo, o nos cuestionamos si somos capaces. Y a veces esos pensamientos se vuelven tan fuertes, que nos pueden llevar a rendirnos antes de tiempo.
Si se sienten identificados con esa situación, en primer lugar deben saber que no están solos. No son la única persona a la que le ha pasado (aunque a veces en ese momento sentimos que es así). Pero por eso quiero dedicar esta publicación a contarles algunos tips o consejos que nos pueden ayudar a mejorar esa confianza en nosotros mismos.
Lo primero que debemos hacer es NO compararnos con nadie más. Ni familia ni amigos. Debemos recordar que cada uno de nosotros es diferente, y los resultados de otros, no tienen nada que ver con los propios. La única persona con la que debemos compararnos, es con nosotros mismos. Y por eso en lo que debemos enfocarnos es en nuestro progreso.
Una excelente estrategia es llevar un tipo de bitácora de lo que vamos logrando. Podemos usar alguna app, mantener un registro manual en el celular o la computadora, o inclusive una sencilla libreta, nos va a ser útil. Entonces vamos a registrar todo progreso: si tomamos un vaso más de agua, si hicimos 5 minutos más de ejercicio, o si preferimos comer una fruta en lugar de un postre. Cualquier cosa, por pequeña que parezca, va a ser muy importante en este registro o bitácora, porque nos va a recordar que estamos avanzando.
Otro consejo importante es ponernos pequeños objetivos, dentro de nuestra gran meta. Por ejemplo si nuestra gran meta es perder X cantidad de kilos, podemos pensar como pequeños objetivos: comer más vegetales, hacer ejercicio 3 días a la semana, cambiar las gaseosas por agua, etc. Esto nos permite ir midiendo mejor nuestro progreso, en lugar de solo esperar hasta lograr la gran meta inicial.
Y un consejo más, que me parece que también es muy importante, es hacer una lista de otros logros que hemos conseguido en nuestra vida. Cualquier logro que recordemos, aunque sea en otro ámbito, no necesariamente en el cambio de hábitos. Graduarnos de la Universidad, conseguir un mejor trabajo, superar una enfermedad. Cualquier cosa de la que ustedes se sientan orgullosos de haber logrado nos va a ayudar a ganar más confianza, porque son un recordatorio de lo que somos capaces de lograr. Probablemente es su momento eso que logramos, pareció antes algo muy difícil o hasta imposible de lograr, y se pudo. Entonces ¿por qué no voy a poder lograr ahora este otro reto o esta otra meta?
Y finalmente, nos puede ayudar repetirnos a diario afirmaciones que nos inspiren: yo puedo, yo soy capaz, yo soy más fuerte que mis excusas. Pueden pensar todas las frases que sientan que les motivan, y las vamos a repetir al levantarnos, o por ejemplo cada vez que nos veamos al espejo.
Es bonito recibir halagos y motivación de otros, pero a veces somos nosotros mismos los que debemos darnos ese empujón y esa fuerza, y decirnos: ¡YO PUEDO!
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