Sabemos que el ritmo de vida actual a veces complica dedicar mucho tiempo a la cocina. Y si a eso le sumamos la gran cantidad de opciones que existen hoy en día para recibir la comida en la puerta de nuestra casa u oficina, pues con más razón se opta muchas veces por comprar en lugar de preparar en casa.
Hoy quiero contarles algunas de las ventajas de cocinar en casa, para motivarles a hacerlo un hábito.
1. Se puede ahorrar dinero:
Si bien pueden haber muchas opciones de comida rápida que suenan económicas, también puede ser económico cocinar en casa. Porque podemos buscar comprar los ingredientes a buen precio, y podemos preparar comida para varios días. Ya sea que preparemos más cantidad para guardar, o que aprovechemos un mismo alimento en distintas preparaciones.
2. Podemos considerarlo un pasatiempo:
Tal vez algunos duden de esto, pero si buscamos recetas nuevas, aprendemos técnicas de cocción nuevas, y probamos alimentos distintos, la cocina puede hacernos salir de la rutina diaria. Es una buena opción ya que a veces hasta cuesta encontrar tiempo para un pasatiempo, y así logramos como se dice popularmente "matar dos pájaros de un tiro", uniendo una actividad necesaria con un pasatiempo.
3. Se tiene un mejor control sobre lo que comemos:
Y acá hablo no en términos de porciones o cantidades, sino de la calidad de lo que comemos, y de qué se compone. Muchas veces, por no decir siempre, no sabemos la totalidad de los ingredientes de la comida que compramos. Al prepararla nosotros, sabemos perfectamente qué lleva, y de qué forma se hizo. Y así además la podemos hacer totalmente a nuestro gusto.
4. Hay mayor satisfacción al comer:
En primer lugar porque se prepara todo a nuestro gusto, y en segundo lugar por el orgullo de saber que esos platos que comemos los hicimos nosotros. Incluso se puede despertar la curiosidad de probar nuevos sabores o nuevas combinaciones.
5. Puede ser una actividad a realizar en familia:
Cuando se vive solo puede resultar un poco más difícil, pero si se vive en familia se puede incluir a todos los miembros de la familia en las diferentes labores. Uno puede ayudar en actividades preparatorias, otro en la cocción, otro en servir, otro en lavar los platos. Y se aprovecha así para tener momentos de unión familiar.
Por supuesto que no siempre es fácil organizarse, pero se puede empezar cocinando algunos días, aprovechando el tiempo disponible el fin de semana para dejar algunas cosas avanzadas, y por supuesto todo se facilita más incluso, si nos sentamos a planear un menú aunque sea semanal.
Y todo esto no significa que nunca pidamos comida o salgamos a comer, por supuesto que se puede, pero puede ser un buen hábito para nuestra salud el comer comida más casera con mayor frecuencia.
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