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Foto del escritorLic. Diana Mora Ramírez

5 consejos para una buena salud digestiva


Los alimentos que consumimos sirven para mucho más que solo engordarnos o adelgazarnos. Nos pueden ofrecer los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para todas sus funciones. Y lo que comemos tiene que ver también con tener un sistema digestivo saludable. Problemas como gastritis, colitis, inflamación, gases, indigestión, hasta problemas más serios como un cáncer, pueden estar relacionados con lo que comemos, y los cuidados que dedicamos a nuestro tracto digestivo. Por eso hoy les comparto 5 consejos útiles para tener en cuenta.


1. Preferir que nuestra alimentación se base en alimentos naturales


Es ideal que este tipo de alimentos sean la base de nuestra dieta, en lugar de alimentos procesados y ultra procesados, que tienen entre sus ingredientes gran cantidad de aditivos y sustancias artificiales que pueden ser irritantes, además de un bajo aporte de fibra. No quiero decir que no consumamos nunca por ejemplo una galleta o una salsa artificial, pero que no sea lo que predomine en nuestra alimentación.


Esto también incluye el tipo de condimentos que utilizamos: es mejor usar hierbas y especias naturales, que condimentos artificiales que pueden tener por ejemplo un alto contenido de sodio (que ya de por sí no es recomendable), y otras sustancias que también pueden irritar el sistema digestivo.


2. Mantener un consumo adecuado de fibra


Los alimentos como frutas, vegetales, y cereales y granos integrales, tienen un buen contenido de fibra, y deberíamos consumirlos a diario. La fibra cumple una función de limpieza a nivel del intestino, y nos ayuda a regular la digestión, previniendo el estreñimiento.


Para cumplir con el requerimiento de fibra, que es de 25 a 30 gramos diarios, podemos consumir: 1/2 taza de leguminosas, 2 porciones de vegetales y 3 porciones de fruta. No suena tan difícil verdad? Y vean que este consejo va de la mano con el primero.


3. Prestar atención a las bebidas que consumimos


Las bebidas gaseosas consumidas en exceso, así como las bebidas alcohólicas, pueden resultar perjudiciales para el sistema digestivo, porque causan irritación, y pueden favorecer la aparición de reflujo gastroesofágico, o empeorarlo si ya se padece.


Además de limitar estas bebidas, es importante procurar una buena hidratación, ojalá con un buen consumo de agua pura. Esto favorece la formación de las heces, y ayuda a prevenir el estreñimiento.


4. Aprender a manejar el estrés


Debemos recordar que nuestro cuerpo es un todo. Y por eso nuestras emociones, nuestro estado de ánimo, y nuestro pensamientos pueden tener impacto en nuestro sistema digestivo. Probablemente a muchos nos ha pasado que si comemos cuando estamos enojados o con alguna preocupación, sentimos que la comida "cayó mal".


Entonces es importante que procuremos mantener el estrés en niveles mínimos o tolerables, porque sabemos que todos sufrimos de estrés en algún momento, así que es casi imposible pensar en evitarlo. Pero por ejemplo podemos hacer ejercicio (que también nos ayuda a facilitar el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento), practicar la meditación, o usar algunas otras técnicas que nos puedan ayudar.


Y además, tratar de que la hora de comer sea para comer. No estar comiendo mientras resolvemos cosas de trabajo, o comer a la carrera porque hay que hacer algo que está pendiente. Debemos comer despacio, tranquilos, y masticando bien, para favorecer una buena digestión desde que nos llevamos la comida a la boca.


5. No ignorar a nuestro intestino


No debemos hacer costumbre el aguantar las ganas de ir al baño. Es algo que se nos enseña de niños, y a lo mejor se lo enseñamos a nuestros niños, pero de adultos a muchas personas les pasa que tienden a aguantarse.


En ocasiones puede ser necesario tal vez si no tenemos un baño cerca, por ejemplo. Pero aguantar las ganas por hacer otras cosas, como terminar algún trabajo, no es recomendable.


Si no eliminamos las heces en el momento que nuestro cuerpo nos lo pide, se van acumulando. Y eso puede entorpecer la digestión de los alimentos que seguimos consumiendo, porque por decirlo de alguna manera, el cuerpo no ha completado su proceso digestivo (no ha hecho la eliminación de desechos) y no se ha preparado para recibir nuevos alimentos. Además, esto puede afectar nuestra flora intestinal. Pensemos que estamos dejando desechos acumulados en nuestro cuerpo.


Sumado a lo anterior, el estar aguantando constantemente las ganas de defecar, va a favorecer el estreñimiento y que esté se de de manera crónica. Y esto puede llevar a otros problemas como hemorroides, colon irritable, distensión abdominal, entre otros.



Vean que son consejos sencillos que podemos aplicar, pero que pueden sumar mucho a nuestro bienestar.


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