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Foto del escritorLic. Diana Mora Ramírez

4 señales de que estamos comiendo mucho


A mí me gusta pensar que nuestro cuerpo es como una máquina muy sabia, a la que le gusta darnos señales cuando requiere que le pongamos atención. Y lo hace en muchos casos. Por ejemplo cuando comemos mucho, ya sea que lo hagamos con frecuencia o no.


El problema es, que con nuestro ritmo de vida actual, muchas veces vivimos con el piloto automático activado, y no le ponemos atención a esos mensajes que nos envía nuestro organismo.


Muchas veces empezamos a pensar que estamos comiendo mucho, cuando ya vemos en la balanza un número que no nos gusta, o cuando notamos (¡ahí sí ponemos atención!) que por ejemplo nos cuesta que cierre el pantalón, o que la blusa o la camisa nos entra apenas.


Pero podríamos evitar llegar a ese punto, si escuchamos a nuestra máquina sabia. Además, debemos considerar que no en todas las personas el comer en exceso se refleja en el peso o la ropa. Hay personas que pueden comer mucho y no suben de peso, pero eso no quiere decir que no hayan efectos a nivel interno o de salud. Así que siempre va a ser una buena recomendación evitar comer en exceso.


Pero entonces cuáles son esas señales?


Una muy común es el sentirnos cansados o con sueño después de comer. Lo que comunmente llamamos la marea alcalina. Muy al contrario, la comida debería darnos energía y hacernos sentir bien. Ya cuando nos sentimos fatigados tras comer, es porque consumimos una gran cantidad de alimentos y se está haciendo lenta su digestión. Esto no tiene necesariamante efectos negativos en la salud, pero sí afecta el desempeño en nuestras labores diarias.


Otra señal es sentir mucha sed después de comer. Es normal sentir sed después de comer. Es por decirlo así, una señal habitual de nuestro cerebro hacernos buscar agua (o líquidos) una vez que comemos. Pero a mayor cantidad de comida ingerida, mayor será la sed.


Cuando comemos en exceso también podemos tener efectos a nivel del sistema digestivo, como acidez o reflujo, dolor abdominal, producción de gases e inflamación. Esto viene ligado no solo a la cantidad de comida, sino también a la velocidad a la que comemos y a qué tanto masticamos los alimentos. De hecho es muy usual que las personas que comen muy rápido terminen comiendo más cantidad de comida, que personas que comen más lento.


Obviamente estos efectos a nivel digestivo se pueden presentar no solo por comer en exceso, puede ser también que hayan alimentos que nuestro cuerpo no esté tolerando bien, puede ser también resultado del estrés o aspectos más emocionales, o podría ser también que se esté manifestando algún otro problema en el sistema digestivo.


Y otra señal de que nos hemos excedido, es que terminamos de comer ya los últimos bocados a "duras penas" como dicen. Lo terminamos porque nos decimos que estaba muy rico, o porque dimos un tiempo para tener espacio, o porque pensamos que ya es poquito lo que falta, o porque nos invitaron y es muy feo dejar la comida. Y esta señal es quizás de las que suena más obvia, pero aún así es común ignorarla.


Estas 4 señales, si lo pensamos, en realidad son fáciles de reconocer. Pero necesitamos empezar a enfocar la atención en nuestro cuerpo. Cada tanto detenernos a notar cómo nos sentimos.


Y por supuesto, para evitar los excesos, también necesitamos enfocar la atención en el momento de comer. Evitar distracciones (porque a veces hasta sin darnos cuenta nos servimos más), masticar bien y despacio, procurar tomar nuestro tiempo para comer y no comer con prisa contra el reloj. Y una vez más, detenernos entre bocados a notar cómo se va sintiendo nuestro estómago, y nuestros niveles de energía.


Recordemos siempre que sentirnos bien al comer, debe ser una prioridad.


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